Gloria fue rescatada con año y medio de vida después de que una granja de puesta intensiva de huevos la desechara por no ser lo suficientemente productiva. Fue salvada junto a 129 gallinas más del camión que las llevaba al matadero.
Ahora Gloria vive en el santuario, donde puede ser ella misma y desarrollarse como individuo.
Gloria vivía en el recinto más grande y con más gallinas. Un día la vimos que no podía abrir uno de sus ojos y decidimos subirla a casa para curarla y vigilarla. Allí descubrió que le encantaba el plátano, nos perseguía y saltaba con la intención de robarnos un trozo cada vez que podía. Descubrió que dormir en brazos humanos, recibiendo caricias en el sillón, era mejor que dormir en la paja. Descubrió que poner los huevos en un nido de cojines encima del sillón era mucho más cómodo que hacerlo en uno de hojas y paja.
Hasta que se curó y llegó el momento de volver a su recinto. Cuando llegó, claramente no se quería quedar ahí y pasó dos días subiendo a nuestra espalda o brazos cada vez que nos veía para que la devolvieramos a su paraíso de plátano y sillón. Ante la negativa, no le quedó otra que trazar un ingenioso plan.
Al tercer día la encontramos con el mismo ojo que había tenido mal, completamente cerrado, pese a no parecer que tuviera nada, no lo abría. Así que, con la preocupación, decidimos volverla a subir con nosotras para vigilarla mejor. Al llegar al sillón abrió el ojo con total normalidad. ¡Ya había conseguido su objetivo!
Por suerte se hizo muy amiga de Mila y Cocó, unas gallinas que viven muy cerca de la casa, así que pudo mudarse con ellas.
Gracias a unas maravillosas madrinas, podemos ponerle un implante que para la producción de huevos. Así que ya no necesita el sillón, ni le interesa el plátano, ni los abrazos de humanos. Ahora es una gallina fuerte y preciosa que disfruta de cada día junto a sus amigas, haciendo lo que más le gusta, escarbar en la tierra.
Debido a la selección genética y al uso y explotación sufrido para la producción de huevos, Gloria puede estar sufriendo y/o sufrir varios de los siguientes problemas:
Su esperanza de vida sin un implante es de 3 a 5 años, mientras que con un implante puede vivir hasta 8 años con una muy buena calidad de vida.
Es por eso tan importante que pueda tener acceso a su implante, porque sólo así empezará una vida en verdadera libertad.
¿Quieres hacerlo posible?