Luci fue rescatada de una finca en la que vivía con más de 50 cerdos sin ningún tipo de control y casi sin comida. La primera pareja fue comprada como «mascotas», sin esterilizar, en poco tiempo pasaron de ser dos a más de 50. Luci llegó al santuario embarazada con sólo 4 meses de edad. Al principio tenía mucho miedo y desconfianza, se pasaba el día escondida, hasta que descubrió que no le haríamos daño y empezó a confiar. Vivimos junto a ella el embarazo y el parto, aún era una niña cuando dió a luz. Cuando sus bebés nacieron, Luci cambió totalmente, confió plenamente en nosotras, sabía que podría pasar el resto de su vida cuidando de sus pequeños y que siempre estarían a salvo.
Ahora viven juntas, comparten la comida, los juegos y la cama cada noche. Están muy unidas y son muy felices juntas.