Mila es la primera gallina «ponedora» que llegó al santuario. Fue rescatada con año y medio de vida después de que saltara del camión que la llevaba al matadero desde una granja de puesta intensiva de huevos, para nosotras era un milagro el pensar que hubiera sobrevivido, de ahí su nombre: Milagro.
Con Mila vimos por primera vez cómo la explotación que había sufrido por la puesta de huevos impedía a su cuerpo recuperarse, a pesar de una buena alimentación y a su nueva vida, continuaba muy delgada y sus plumas no llegaban a salir.
Mila fue la primera gallina a la que le pusimos un implante hormonal que parara la producción de huevos, y su vida cambió por completo. Aprendimos con ella la importancia de los implantes y todo lo que influye en su calidad de vida el seguir formando huevos.
Ahora Mila es una gallina feliz, porque sabe que nunca más tendrá que poner otro huevo.
Comparte su vida con sus dos mejores amigas, Cocó y Gloria, con las que pasa el dia escarbando debajo de los árboles. Siempre duerme al lado de Casteo y a veces sube a visitar a Fede y Gleendy.
Debido a la selección genética y al uso y explotación sufrido para la producción de huevos, Mila puede estar sufriendo y/o sufrir varios de los siguientes problemas:
Su esperanza de vida sin un implante es de 3 a 5 años, mientras que con un implante puede vivir hasta 8 años con una muy buena calidad de vida.
Es por eso tan importante que pueda tener acceso a su implante, porque sólo así empezará una vida en verdadera libertad.
¿Quieres hacerlo posible?